La familia más rica de Reino Unido enfrenta un juicio en Suiza por tráfico de personas

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Cuatro miembros de la familia más rica de Reino Unido están siendo juzgados en Suiza por presunto tráfico de personas y explotación. La justicia helvética acusa a Prakash y Kamal Hinduja, junto a su hijo Ajay y la esposa de éste, Namrata, de traer desde India a hombres y mujeres para que trabajaran como empleados domésticos en una mansión que tienen en un exclusivo barrio de Ginebra y de pagarles menos de 8 dólares diarios por largas jornadas de trabajo.

Las autoridades también acusan a los miembros del clan de quitarles los pasaportes a sus empleados para restringir sus movimientos.

Los abogados de los Hinduja, familia propietaria de un conglomerado de empresas valorado en 47 mil millones de dólares, ofrecieron explicaciones controversiales, como que los bajos salarios eran solo una parte de la remuneración, a la que había que sumar el alojamiento y las comidas.

Orígenes de la familia Hinduja
Los Hinduja provienen de India y controlan un grupo homónimo, el cual está conformado por una red de empresas que van desde constructoras, distribuidoras de mercancías y fabricantes de vehículos hasta productores de lubricantes y bancos, según se lee en la página web del conglomerado (www.hindujaleylandfinance.com).

 
El imperio fue fundado por Parmanand Deepchand Hinduja en 1914 en parte de lo que hoy es Pakistán y en un principio se enfocó en la venta de productos, aunque luego incursionó en la banca. Para 1919, el empresario ya había logrado expandir sus negocios a Irán, donde operó hasta la llegada de la Revolución Islámica en 1979, fecha en la que mudaron sus operaciones a Reino Unido.

Los hijos del fundador, Srichand, Gopichand y Prakash, compartieron la dirección y continuaron con la expansión e internacionalización del grupo. Con la muerte de Srichand en 2023, su hermano menor, Gopichand, pasó al frente del grupo en Londres, mientras que Prakash, uno de los señalados por la justicia de Suiza, se quedó con los negocios que tienen en Mónaco.

Propiedades de la familia
En Reino Unido, la familia adquirió valiosas propiedades inmobiliarias. En Londres, son dueños del hotel Raffles, que abrió en septiembre de 2023 y que se encuentra en el histórico edificio Old War Office en Whitehall, antiguo Ministerio de la Defensa, a solo unos metros del 10 de Downing Street, reportó la revista Forbes. Además, son propietarios de parte del exclusivo Carlton House Terrace, un enorme edificio que tiene oficinas, residencias y salas de eventos, y que se ubica muy cerca del Palacio de Buckingham.

Hinduja Group asegura tener 200 mil empleados en todo el mundo. Su presencia global y el diversificado portafolio de negocios fueron clave para su éxito financiero. Algunas de las principales compañías del conglomerado incluyen Ashok Leyland, uno de los mayores fabricantes de vehículos comerciales en India, y IndusInd Bank, uno de los bancos de más rápido crecimiento en el país.

Los escandalosos detalles del caso
La familia está en la mira de las autoridades suizas desde hace seis años, cuando comenzaron a investigarlos por el trato que daban a los empleados que tenían en el exclusivo distrito de Cologny en Ginebra. La familia se libró de una de las acusaciones en su contra (la relacionada con explotación), luego de llegar a un acuerdo financiero con las presuntas víctimas. Sin embargo, todavía tienen pendiente el cargo por tráfico de personas, por el cual la Fiscalía helvética está pidiendo cinco años y medio de prisión para Prakash y Kamal Hinduja, y cuatro para Ajay y Namrata.

El juicio, que comenzó el lunes pasado, tomó la atención de la prensa tanto en Reino Unido como en India, debido a las revelaciones realizadas por los investigadores. “(Los Hinduja) gastaron más en un perro que en uno de sus sirvientes”, denunció en el juzgado el fiscal Yves Bertossa, según reportó Bloomberg. El funcionario reveló que una de las niñeras ganaba tan solo 7,84 dólares por una jornada laboral de 18 horas, mientras unos documentos obtenidos por su despacho titulados “Mascotas” indicaban que la familia gastaba anualmente más de 9 mil francos suizos (más de 10 mil dólares) en la alimentación y cuidado de uno de sus perros.

El fiscal también aseguró que los empleados, varios de los cuales debían trabajar los siete días de la semana, cobraban sus salarios en rupias indias y no en francos suizos, la moneda del país alpino.

La defensa
Los abogados de la familia Hinduja no negaron las acusaciones de bajos salarios, pero dijeron que además se beendiciaban del alojamiento y la comida, según informó Imogen Foulkes, corresponsal de la BBC en Ginebra. “No se puede reducir (el concepto de salario) simplemente a lo que se les pagó en efectivo”, declaró el abogado Yael Hayat.

El cargo de las largas y extenuantes jornadas también fue refutado, y un abogado argumentó que ver una película con los niños no podía considerarse trabajo. Y como prueba de que sus clientes no eran unos explotadores, los defensores apuntaron que varias de las presuntas víctimas trabajaron para la familia en repetidas ocasiones, lo que, a su juicio, demostraba que estaban satisfechos con sus condiciones laborales.

La defensa también consiguió que algunos ex empleados testificaran a favor de los Hinduja, a los cuales describieron como una familia amigable que trataba a sus sirvientes con dignidad. Asimismo, los representantes de los Hinduja acusaron al fiscal de ensañamiento y de buscar notoriedad con este caso. “Ninguna otra familia ha sido tratada de esta manera”, declaró uno de los abogados defensores.

Sin embargo, los señalamientos de que a los trabajadores les fueron confiscados sus pasaportes y de que ni siquiera podían salir de casa sin permiso son la principal preocupación para los acusados. ¿La razón? A la luz de la legislación suiza esto podría tratarse de trata de personas. Y por ello, además de las penas de prisión, el fiscal Bertossa está reclamando más de 1 millón de dólares como sanción y otros 4 millones de dólares cómo compensación al personal.

Ginebra
El caso Hinduja no es el primero de este tipo que se registra en Ginebra, centro de organizaciones internacionales y de los ricos del mundo. En 2008, Hannibal Gaddafi, hijo del ex dictador libio Muammar Gaddafi, fue arrestado en su hotel de cinco estrellas en la ciudad alpina por la policía, después de que se denunciara que él y su esposa habían golpeado a sus sirvientes.

Aunque el caso fue cerrado, el mismo provocó una enorme disputa diplomática entre Suiza y Libia, con dos ciudadanos suizos arrestados en Trípoli como represalia.

Apenas el año pasado, cuatro trabajadoras domésticas filipinas denunciaron a una de las misiones diplomáticas ante Naciones Unidas, alegando que no les habían pagado durante años. Estas denuncias han llevado a un examen más detenido de las condiciones de trabajo en Ginebra, donde muchas familias adineradas y diplomáticos contratan trabajadores extranjeros, a menudo con poco reconocimiento de sus derechos.

En el corazón de Ginebra, una ciudad célebre por su elegancia y riqueza, las acusaciones contra la familia Hinduja revelan un lado oscuro que pone en tela de juicio las prácticas de los más poderosos del mundo. Mientras la familia se defiende y presenta su versión de los hechos, las víctimas y la sociedad esperarán que la justicia actúe con imparcialidad, al establecer un precedente importante para casos futuros de explotación y tráfico de personas.

CON INFORMACION DE INFOBAE.

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