Lula da Silva participará en la reunión del G7 pese a que su política exterior es cada vez más multipolar

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Invitado por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, miembro del partido derechista Fratelli d’Italia, el presidente Lula asistirá esta semana a la reunión del G7, que se celebrará del jueves al sábado en Borgo Egnazia, un paraíso de 16 hectáreas entre el campo y el mar en la región de Apulia (Italia). El G7 reúne a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, es decir, ese bloque occidental del que la reciente política exterior del gobierno brasileño parece desprenderse cada vez más en favor de una alternativa multipolar, formada en su mayoría por regímenes autoritarios y dictaduras, con China, Rusia y Irán como máximos exponentes. Y si Rusia ya había sido expulsada en 2014 del entonces G8 tras su invasión de Crimea, el Brasil de Lula, dejando atrás una antigua tradición de neutralidad, parece cada vez más abierto a Putin, como demuestran algunas decisiones y acontecimientos recientes. De hecho, el presidente brasileño ha decidido no asistir a la reunión por la paz entre Rusia y Ucrania que se celebrará esta semana, entre el sábado y el domingo, en Suiza, a pesar de la solicitud explícita tanto del presidente de la confederación helvética, Ignazio Cassis, como del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky. El presidente brasileño no estará presente, según fuentes de Itamaraty, porque Rusia ha sido excluida de la cumbre.

La decisión se produce al mismo tiempo que los elogios de Vladimir Putin a la ex delfina de Lula, Dilma Rousseff, ex presidenta de Brasil y ahora al frente del banco de los países BRICS, el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD). Durante el Foro Económico Internacional de San Petersburgo el dictador ruso dirigiéndose a Rousseff le dijo: “Debo destacar que durante este año el NDB ha conseguido hacer mucho bajo su dirección y ha registrado por primera vez beneficios significativos. De hecho se está recuperando, trabajando cada vez más organizado y bien”. El jefe del Kremlin también pidió a Rousseff que envíe sus “mejores deseos” a Lula y anunció que tiene previsto hablar con él por teléfono en los próximos días sobre los “lazos bilaterales” entre Rusia y Brasil. Lazos cada vez más estrechos con el gigante latinoamericano que están permitiendo al régimen ruso exportar allí su propaganda sin ningunas trabas.

A partir del próximo 17 de junio, de hecho, la ciudad de Rio de Janeiro acogerá el evento ‘Russian Seasons 2024′ en el que también participará la ministra rusa de Cultura, Olga Lyubimova. A la ceremonia de apertura, tal y como había adelantado el diario O Estado de São Paulo, estaba previsto que acudiera su homóloga brasileña, Margareth Menezes, pero más tarde ella anunció que no iría. El evento, junto con otros 300 que se organizan cada año fuera de Rusia, forma parte de la estrategia propagandística de la Casa Rusa de la Ciencia y la Cultura (RHSC en inglés) más conocida simplemente como «la Casa Rusa». La RHSC es el brazo más poderoso del Rossotrudnichestvo, la Agencia Federal Rusa para Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes, Compatriotas Residentes en el Extranjero y Cooperación Humanitaria Internacional, y cuesta a los contribuyentes rusos el equivalente a unos 10 millones de dólares al año. Formalmente, esta organización pretende promover la interacción cultural entre países, pero de hecho se ha convertido en uno de los instrumentos de Moscú para la guerra híbrida, la propaganda ideológica y la injerencia política en el exterior. Al mismo tiempo, los miembros de la RHSC actúan a menudo sirviéndose de auténticos criminales. Por ejemplo, la Casa Rusa pagó el viaje a Rusia de un ciudadano alemán, Maxim Schlund, que en septiembre de 2022 fue uno de los organizadores de una manifestación masiva en Colonia en apoyo de Putin. Según reveló la página web de periodismo de investigación y análisis The Insider, el alemán Schlund no era otro que un ruso previamente condenado, es decir Rostislav Teslyuk, hasta el punto de que la fiscalía de Berlín abrió en 2023 una investigación.

Además, el pasado mes de marzo, el propio Lula había asistido a la inauguración de una fábrica de fertilizantes de Eurochem en Minas Gerais. La Decisión (PESC) 2024/847 del Consejo de la Unión Europea, de 12 de marzo de 2024, prorrogó seis meses más las sanciones contra varios nacionales rusos, entre ellos Andrey Melnichenko, descrito como “un industrial ruso que sigue ejerciendo el control del Grupo EuroChem, una importante empresa de fertilizantes, y de la empresa de carbón SUEK. A partir del 9 de marzo de 2022, Melnichenko transfirió sus intereses en SUEK y EuroChem Group a su esposa Aleksandra Melnichenko. Andrey Melnichenko sigue beneficiándose de los activos transferidos a su esposa. Durante 2022 sus activos se duplicaron con creces, lo que lo convertirá en la persona más rica de Rusia en 2023″. La decisión del Consejo de la UE también afirma que “Andrey Melnichenko pertenece al círculo más influyente de empresarios rusos con estrechos vínculos con el gobierno ruso. El 24 de febrero de 2022, tras las fases iniciales de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, Andrey Melnichenko, junto con otros 36 empresarios, se reunió con el Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, y otros miembros del gobierno ruso para debatir el impacto de la línea de actuación a la luz de las sanciones occidentales, demostrando así su importancia como destacado empresario en Rusia. También es uno de los destacados empresarios rusos que asistieron al congreso de la Unión Rusa de Industriales y Empresarios en marzo de 2023, cuando el presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin, pronunció un discurso en el que instó a los multimillonarios a anteponer el patriotismo a los beneficios”.

Los fertilizantes, y el sector agrícola en general parecen haberse convertido en uno de los puntos más calientes de la política exterior brasileña frente al eje Rusia-Irán-China. El año pasado, el dirigente y fundador del partido MILES, Luis D’Elía, había afirmado haber ayudado a Brasil a comprar urea iraní para Mercosur. D’Elía, recientemente fotografiado en Irán junto a un alto miembro de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, organización terrorista para Estados Unidos desde 2019, declaró en un editorial radiofónico el 2 de agosto de 2023 que “hoy se esta formalizando el intento de compra de 2 millones de toneladas de urea para el Mercosur. Este lo esta financiando el estado brasileño y sus empresas con mucha generosidad para toda la región. Estamos haciendo una obra que creemos debe ser mas permanente, mas definitiva, una tarea compleja”. El gobierno argentino se distanció entonces de la iniciativa, que había sido calificada, según La Nación, una “transacción entre privados”. Luis D’Elía informó que había sido contactado por el presidente de la multinacional brasileña que había recibido su número directamente de Lula. Se trata de Coesa, antes OAS, la constructora que tras los escándalos del Lava Jato se escindió en Metha y Coesa. OAS se había hecho famosa por la reforma del tríplex en Guaruja, cuya propiedad pertenecía a Lula, pero no estaba registrada a su nombre para ocultar una ventaja indebida de 2,4 millones reais (a la época cerca de un millón de dólares), que correspondería a la diferencia entre el apartamento anteriormente adquirido por su fallecida esposa Marisa y el triplex reformado, lo cual fue considerado un soborno por la justicia brasileña hace unos años. Por eso, el presidente brasileño había sido condenado en tres grados de juicio a 12 años y 11 meses por el tríplex de Guarujá, pero sucesivamente el Supremo Tribunal Federal (STF) anuló todo al considerar que era un tribunal de Brasilia y no el de Curitiba que debía juzgarlo en primera instancia. Este fallo técnico anuló la condenación. D’Elía también afirmó de trabajar como nexo entre Teherán y la empresa brasileña, con el objetivo de facilitar el intercambio de urea por trigo, maíz, soja, un canje de bienes que es una de las técnicas que utiliza Irán para eludir las sanciones.

Fue precisamente el tema de las sanciones el que se abordó recientemente en el sexto congreso organizado por el Instituto de Prevención y Lucha contra el Blanqueo de Capitales (IPLD). Uno de los ponentes, Carlos Márcio Cozendey, Embajador y Secretario de Asignaciones Políticas Multilaterales del Ministerio de Asuntos Exteriores, explicó que los países BRICS, de los que Brasil forma parte, están intentando eludir los sistemas controlados por Estados Unidos, utilizando también países árabes como Emiratos Árabes Unidos. Arício Fortes, abogado jubilado del Banco Central de Brasil, replicó destacando la importancia de que la política exterior brasileña respete el régimen de sanciones, contenido en la Recomendación 19 del GAFI, el organismo creado por iniciativa del G7 en 1989 para combatir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo. “Las convenciones y tratados internacionales, como la Convención de Viena”, explicó Fortes, “tienen fuerza de ley en Brasil, lo que obliga al país a cumplir estas recomendaciones para evitar acabar en la lista negra del GAFI y, sobre todo, mantener la integridad de su sistema financiero”.

Por lo que respecta a China, la agricultura es también uno de los puntos neurálgicos de las relaciones con Brasil. Estos días, una amplia delegación brasileña encabezada por el vicepresidente Geraldo Alckmin se reunió con el presidente chino Xi Jinping, quien destacó la importancia para ambos países de la Comisión Sino-Brasileña de Alto Nivel para la Concertación y la Cooperación (COSBAN). El ministro brasileño de Desarrollo y Bienestar Social, Familia y Lucha contra el Hambre, Wellington Dias, se reunió con representantes del gobierno y de la industria chinos para importar conocimientos técnicos y maquinaria en el sector de la agricultura familiar brasileña. Según informó la agencia de noticias china Xinhua, “el desarrollo de la agricultura inteligente se ha convertido en el nuevo objetivo de la cooperación bilateral”. COFCO, la empresa agroalimentaria estatal china, está claramente interesada en acuerdos que, sin embargo, corren el riesgo de estrangular a los productores rurales brasileños y “embargar” sus tierras en favor de Pekín.

Por si fuera poco, leyendo las actas de la 7ª sesión plenaria de la COSBAN, celebrada en Pekín el 6 de junio, muchos puntos suscitan perplejidad sobre cuál es el verdadero interés, sobre todo a largo plazo, de que Brasil se abra a una economía tan depredadora como la china. El texto afirma claramente que Brasil pretende “examinar iniciativas internacionales como el Cinturón y la Ruta” y la cooperación en investigación y tecnología agrícola, médica y espacial. Los dos países también anunciaron un Plan de Cooperación Aeroespacial hasta 2032 que tiene entre sus proyectos la construcción de un satélite meteorológico geoestacionario conjunto, el CBERS-5 y posteriormente el CBERS-6. En otro documento relativo a los resultados de las actividades de la COSBAN, una cifra llama la atención. En efecto, se enumeran varios préstamos, por un valor total de unos 2.750 millones de dólares.

La cooperación con China también fue defendida por el jefe del ejército brasileño, el general Tomás Paiva, en una reciente entrevista concedida al diario O Estado de Sao Paulo. Paiva viajará a China en julio y afirmó que pretende visitar todos los países BRICS - ya ha estado en India - y que no irá a Rusia sólo por el conflicto con Ucrania. “El Ministerio de Asuntos Exteriores tenía interés en que como ejército nos acercásemos a los países BRICS. No creo que nos perjudique”, dijo, y añadió que “tenemos un intercambio comercial muy intenso con China y no creo que podamos dejarnos llevar por la polarización ideológica. Siempre hemos sido pragmáticos en este sentido”. En cuanto al contrato con la empresa israelí Elbit Systems para la compra de 36 carros de combate blindados, Paiva declaró que “está suspendido. Es una orientación que recibimos del Ministerio de Defensa. Está suspendido y pendiente de una declaración del gobierno al respecto”.

Aunque oficialmente no se han roto las relaciones diplomáticas, Brasil no tiene embajador en Israel desde el pasado mes de febrero, cuando el diplomático Frederico Meyer fue llamado a Brasilia después de que Lula comparara la intervención israelí en Gaza con el Holocausto y fuera declarado persona non grata por el gobierno israelí. En los últimos días, el embajador Meyer fue trasladado a Suiza sin que se nombrara un sustituto en su lugar. La muerte de un rehén brasileño a manos de Hamás, Michel Nisenbaum, también puso de manifiesto todas las contradicciones del momento en la política exterior de Brasil. Poco antes de que su cuerpo fuera encontrado el 23 de mayo por las Fuerzas de Defensa israelíes, una de sus familiares declaró al sitio de noticias O Antagonista que, desde su visita a Lula en diciembre, su familia no había tenido noticias del presidente. “Michel es brasileño, nació en Brasil. Realmente nos engañamos después de que mi madre estuviera allí en diciembre. Ahora estamos en mayo, han pasado más de cuatro meses desde que mi madre estuvo allí. No hemos vuelto a saber nada de Lula”, dijo Ayala Harel, la nieta de Nisenbaum. En un artículo publicado en el diario O Estado de São Paulo, Fabiano Lana escribió que “la fuerza con la que Lula condena la muerte de niños inocentes en la Franja de Gaza se convierte en mansedumbre cuando el asesino es ruso. Lula es un tigre con Israel y un ángel con Putin. Lula y su asesor de política exterior Celso Amorim han inscrito a Brasil en el Eje del Mal. Amorim ha llevado al presidente a un pantano moral en el que Lula puede ahogarse en las próximas elecciones” dijo Lana.

Fuente: Infobae

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