Sánchez se hizo la víctima a pesar de que la justicia ya investigaba a su esposa

Puede que Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, dirija estudios sobre “reputación empresarial” al haber sido convocada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Sin embargo, su conducta por supuestos delitos relacionados a corrupción y tráfico de influencias la tienen a ella entre la espada y la pared en términos legales, y a su esposo, en la cuerda floja del escrutinio público.

Y es que el propio Sánchez sabía que su esposa estaba bajo condición de “investigada” cuando difundió su carta pública, donde asomó la posibilidad de renunciar a su cargo por el “ataque” de una “galaxia ultraderechista” con el fin de derrocarlo. De hecho, Gómez ya tenía esa condición legal desde el 16 de abril, ocho días antes de que el mandatario español suspendiera su agenda pública. Que la condición de “investigada” ya estuviera oficializada, explicaría por qué aquel texto fue tan repentino e impulsivo.

El Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid fue claro desde el inicio respecto a las sospechas hacia Begoña Gómez. Quedó revelado porque el juez que lleva el caso, Juan Carlos Peinado, autorizó la difusión de la documentación que estuvo bajo secreto hasta esta semana. En otra palabras, no hay vuelta atrás, la esposa del presidente del Gobierno español es de interés para la justicia. Por otro lado, su difusión desmiente a medios españoles que tildaban el calificativo de “investigada” como un simple trámite.

Se complica el escenario para la esposa de Sánchez
A pesar de que la justicia confirmaba las averiguaciones sobre Begoña Gómez, el presidente del Gobierno español aprovechó para apelar al victimismo y así justificar las presuntas acciones de su esposa. Sánchez lo llamó “un ataque sin precedentes, grave y burdo” ya que la denuncia la presentó Colectivo de Funcionarios Públicos Manos Limpias, un sindicato que se opone a actos de corrupción política, luego de investigaciones periodísticas que desenmascararon a su esposa.

Todo se trató de una movida mediática de Sánchez al punto de que sus votantes se manifestaron frente al Congreso de los Diputados bajo el lema “Por amor a la democracia”. Pero el mandatario español no consiguió mucho más. Por el contrario, el victimismo lo trasladó a las relaciones diplomáticas con Argentina al punto de retirar a su embajadora en Buenos Aires por sentirse “ofendido” tras declaraciones del presidente Javier Milei sobre Begoña Gómez.

Pasado ese capítulo, nuevos detalles de las averiguaciones complican el panorama de Sánchez y de su esposa. El empresario Carlos Barrabés está en la mira de la Fiscalía europea la cual investiga sus contratos avalado por Begoña Gómez ya que este habría obtenido “10,6 millones de euros del organismo público Red.es después de que la pareja de Pedro Sánchez firmara varias cartas de recomendación a su favor”. Con ese aval, Barrabés se presentó a diversos concursos de Red.es, organismo adscrito al Ministerio para la Transformación Digital. Esa notificación se realizó 10 días después de que el juez decidiera investigar a Begoña Gómez.

Por si fuera poco la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil identificó el número de teléfono personal de la investigada entre los contactos del empresario Víctor de Aldama, según El Debate. De Aldama forma parte del caso Koldo, un turbio entramado de compra de mascarillas durante la pandemia que extrajo 54 millones de euros de las arcas del Estado español.

Fuente: PanamPost